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El Matrimonio, ¿es para mí?


¡Hola!



¿Como te sientes hoy?


Yo me encuentro viajando por carretera con mi esposo y mi hija, y la tranquilidad del paisaje me inspiró a escribir sobre este tema tan trascendental para muchas de nosotras: el matrimonio.


No es un secreto que para un gran número de mujeres llegar a ese momento se convierte en el sueño de sus vidas. Cada una se forma una serie de expectativas, según las vivencias propias de la familia donde se formaron, o del lugar donde crecieron.


Lo cierto es que la sociedad muchas veces nos orilla a pensar que si pasamos de cierta edad, se nos “va el tren”, porque la edad en la que se acostumbraba casarse era realmente muy corta. Más de alguna conocemos alguna mujer en la familia que contrajo nupcias a los 16 o 18 años. Los tiempos han cambiado (gracias a las mujeres que han luchado por la igualdad), y podemos aspirar a mucho más. Ahora no sólo somos la esposa que debe quedarse en casa, cuidando a los hijos que “Dios le mande”, callada y sumisa. Muchas de nosotras tenemos la libertad de elegir si queremos dedicarnos a nuestra parte profesional, o si deseamos o no tener hijos. Podemos expresar nuestros deseos y necesidades.


Para muchas mujeres, aún a corta edad, el matrimonio sigue siendo una motivación de vida, y es completamente respetable. Cada etapa es importante, y muchas deciden que quieren disfrutar su libertad y juventud viajando, saliendo o buscando oportunidades fuera de su país de origen, y muchas otras no visualizan su vida sin un esposo e hijos.


Una postura que me sigue pareciendo alarmante y arcaica, es pensar que una mujer “tiene que casarse” por quedar embarazada. El formar una familia de manera forzada por lo regular no tiene buenos desenlaces. Estar con una persona de manera forzada, y tener responsabilidades de cónyuges puede complicar la relación. Al final, tanto el hombre como la mujer deben hacer frente las consecuencias de sus actos, sin afectar a terceros, que en este caso son unos pequeños que no entienden aún la situación.


Para ti, que sientes que encontraste al amor de tu vida, pero aún tienes camino que recorrer (escuela, viajes, metas personales), ¡tranquila! Toma las cosas con calma y no te desesperes. Si aún les falta crecer y formarse como adultos responsables, pueden acompañarse y apoyarse mutuamente, sin la gran responsabilidad que conlleva un hogar.


Piensa siempre que el matrimonio no es una carrera de velocidad, el casarte no es el fin, es el inicio de una etapa que requiere madurez y fortaleza.


Cuando llega el momento en el que ambos están en la misma sintonía, el que te pidan matrimonio se convierte en una experiencia inolvidable. Recuerdo cómo fue la mía: después de 10 años de noviazgo, la verdad es que no pensaba en casarme, en realidad no creía que ese momento llegaría y no tenía prisa. Estaba convencida que sería una decisión que tomaríamos los dos juntos, ese compromiso de vida no podía presionarse.


Llevamos casi 5 años casados, y sumados, hemos estado juntos por casi 16 años. Unos cuantos meses o muchos años no garantizan que la relación será perfecta y durará hasta el final de la vida. El matrimonio es una etapa nueva, donde se conocerán en situaciones que no habían vivido antes.


Si dentro de tus planes está solamente vivir con tu pareja, también es completamente respetable. Al final, un papel no garantiza el compromiso de ambas partes, y tanto con el acto legal o no, es muy importante siempre ser transparentes el uno con el otro. Hablar de lo que nos gusta y lo que no, compartir los planes individuales y transformarlos en metas en pareja, porque necesitarán el apoyo mutuo. Sean libres y respeten la libertad del otro.


Si como pareja, están atravesando por alguna situación complicada, no esperen a que todo explote, acudan a terapia, abran sus corazones y luchen por lo que quieren. Busquen su salud física, emocional y mental.


Si después de asistir con profesionales, deciden que es mejor que cada uno tome caminos distintos, háganlo desde el amor que los unió en un principio, y siempre con el respeto que se merecen.


Disfruto muchísimo cuando sé que una pareja está feliz, disfrutando su relación y que ésta va creciendo conforme pasan los años, independientemente si se casaron o no. Al final, entender que son un equipo que crece juntos, una familia que se apoya, fortalece más que un evento social que dura sólo unas horas. El título de familia no lo da un papel.


Conviértanse en esa pareja que siempre quisieron ser, sean el mejor equipo, ese ejemplo a seguir. Sean felices y manténganse siempre en el amor.



¡Les mando un gran abrazo!


Si quieren saber algunas de las cosas que me han funcionado a mi como pareja les dejo la siguiente liga:



Nos vemos en la próxima entrada.

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