Seguramente, y sobretodo, si eres mamá de tiempo completo, más de alguno te habrá hecho esta pregunta.
¡Hola de nuevo mamá! ¡Bienvenida a este blog!
¿A quién no le ha pasado? Llega tu pareja después de estar fuera todo el día, y te ve, cansada, sin arreglar, con la casa volteada, y te pregunta: ¿Qué hiciste en todo el día?
Suspiras un poco, tomas esa paciencia guardada para momentos como éste, calmas la ira, y tratas de contar qué pasó durante ese día tan agotador.
En un principio, me molestaba la pregunta y pensaba, ¿crees que veo series todo el día? ¿Qué me la paso metida en el cine o de compras? ¿Qué fui a relajarme al spa? ¿A disfrutar de un día para mí sola mientras me arreglaban el cabello o las uñas?
Y la verdad es que añoraba hacer cualquiera de esas actividades, pero el tiempo para mí parecía estar muy, muy lejano.
Hoy decidí escribir este texto, que está dedicado para ambos, porque es difícil ponerse en los zapatos del otro sin entender qué pasa por nuestra cabeza, así que, ¡bienvenido papá!
Vamos a explicarles cómo es un día siendo mamá. Es despertar a la misma hora que tu hijo o un poco antes, si es que pudiste dormir la noche entera y no tuviste que despertar cada 2 o 3 horas a amamantar, revisar pañal o preparar biberón. Después de eso, es pasar el día entre juegos, alimentos y cualquier situación que se presente.
Recuerda que para el bebé o niñ@ pequeñ@, no existe nada más que ellos y sus necesidades, y nosotras como madres nos enfocamos al 100% en eso.
¿Queremos tiempo para nosotras? Entonces tenemos que despertar mucho antes que ellos, y así poder hacer algo de actividad física o arreglarnos un poco para el día, eso si pudimos pasar una noche tranquila. Después, hacer el desayuno y el lunch si es que ya van a la escuela. Alistar al pequeño y salir con anticipación para llegar a tiempo.
Si no despertaste antes, bañarte y desayunar algo decente serán un deporte extremo. Después, regresar a lavar ropa, ordenar la casa, y si eres de las afortunadas que cuentan con apoyo para la limpieza, será una bendición que te ahorrará bastante tiempo. Si no es así, dejarla presentable ya es bastante trabajo.
Pero, si tienes un pequeñito, es muy probable que todo lo anterior tenga que hacerse en periodos de 20 minutos o menos, donde hasta ir al baño será un lujo. Porque tenemos que dormir cuando el bebé duerma, y ¡que la casa se caiga en pedacitos!
¿No tienes nada en el refri? Entonces tendrás que ir al supermercado, recordar todo lo que necesita cada miembro de la familia, regresar, limpiar y acomodar todo, y preparar la comida.
¿Dejaron tarea o algún proyecto escolar? ¿Ir a la tintorería? ¿Recoger algún pendiente? ¿Ir al banco? Entonces tendrás que organizar bien tu agenda y planear la mejor ruta para que no olvides nada. ¡Ah! No olvides recoger a los niños en la escuela y las clases extracurriculares o las fiestas infantiles.
Hacer tarea, jugar con ellos, interesarte por todo lo que hacen y piensan, y también por tu pareja, escuchar sus problemas, alegrías y planes.
Si trabajas en casa, deberás sumar a todo lo anterior, las horas que tienes que dedicar a tus proyectos. No puedes perderte las juntas en línea y las fechas de entrega te harán trabajar por las noches, cuando tu pequeñit@ te lo permita sin interrupciones, por lo menos durante las próximas 2 horas.
¿Te sientes abrumado? Si la respuesta es sí, déjame decirte que esa lista no es ni poquito a lo que vivimos cada día. Si aún no lo entiendes, quédate un día en casa y llena la lista de actividades. Te prometo que un día pesado en la oficina no se comparará.
Y tú mami, respira un momento y para. No tienes que ser esa mujer perfecta, con la casa impecable y la vida agendada. Está bien tener lleno el cesto de ropa sucia, (yo lo llamo “caja mágica” porque siempre aparece más y más ropa, y parece nunca terminar).
¿La comida no está lista? Siempre existen lugares donde puedes comprar varios guisados y tenerlos congelados, o preparar algo sencillo, o simplemente salir a comer. No pasará nada.
Si eres un hombre que cree que los tiempos han cambiado, entonces es tu momento de demostrarlo. Puedes llegar a casa con la comida, lavar la ropa o doblar la que está apilada. Salir a tu hora de comida y pasar por el banco o la tintorería. Entender que tu pareja hace su mejor esfuerzo, y que sentirse apoyada por ti será el mejor lazo que podrán crear durante esta etapa.
Sabemos que lidiar con un jefe molesto, el tráfico o sentirse abrumados por la carga laboral puede ser muy desgastante, pero el trabajo en casa es 24/7, los 365 días del año. Nadie nos da vacaciones, nos paga aguinaldo, ni nos deja salir a las 5 pm.
Ser empáticos nos ayudará a crear relaciones fuertes y duraderas. Valorar el trabajo del otro es amor, sin juicios ni etiquetas.
¡Nos leemos en la siguiente entrada! ¡Un gran abrazo!