¡Hola! ¿Cómo te sientes hoy?
Yo estoy muy emocionada porque te contaré la historia de una mujer muy valiente, a la que llamaremos “Ana”, que decidió abrirse para nosotras y platicar su experiencia en el camino de ser madre.
Así como muchas conocemos de mujeres que se embarazan con una facilidad impresionante, también existen otras que aún después de muchos intentos, pareciera que la maternidad no quisiera tocar a su puerta.
Decidí publicar la historia de “Ana” para que todas aquellas mujeres que estén pasando por esta situación, sepan que no están solas, que existen muchas otras que viven y piensan los mismo que ustedes, que las entienden:
Después de 5 años de feliz matrimonio, y 2 en búsqueda activa por un embarazo, “Ana” comenzaba a preocuparse. Ella llevaba la cuenta de sus ciclo menstrual, teniendo muy en claro sus días fértiles. Al ver que no estaba logrando la meta, junto a su esposo decidieron acudir a Ginecólogo para una revisión.
Los estudios les indicaron que la única anormalidad era un problema de disminución de la ovulación, pero nada más. No podría imaginarse lo difícil que se convertiría el camino para ser mamá.
Comenzaron con tratamientos para estimular la ovulación, pero no funcionaron. Por suerte, ellos tenían los recursos económicos suficientes para cubrir otros tratamientos, así que decidieron intentar la Inseminación Artificial, pero después de algunos intentos fallidos, pasaron al In-vitro, un procedimiento que los médicos aseguraron les daría ese embarazo tan esperado, pero tampoco dio resultado.
Cansada de ilusionarse cada vez que iniciaba un tratamiento, y decepcionarse con los resultados, sintiendo que sólo perdían el tiempo y el dinero, decidieron darse una última oportunidad.
Por recomendación, acudieron a una clínica de fertilidad muy conocida, seguros que si debían ir con un médico, debía ser un especialista en el tema. Iniciaron los tratamientos y, ¡SORPRESA! 3 meses después ya estaban esperando 2 preciosas niñas.
Ya podrán imaginar la emoción y felicidad que vivieron. ¡Por fin! Después de tanto tiempo, llegaría el día de convertirse en padres.
Todo su embarazo transcurrió muy tranquilo y saludable. Aunque no podía hacer ejercicio por recomendación médica, sí podía salir a caminar.
Hoy, puedo compartirte que sin esperarlo, ¡llegará un hermoso niño a nuestra familia! ¡Estamos más que felices!
Como reflexión, puedo decirte que cuando se tienen problemas de fertilidad, el camino para lograr un embarazo puede ser muy complicado, y no sólo por la parte médica.
Comienzas a culparte por mil cosas: si esperaste demasiado tiempo, si debiste buscar el embarazo a una menor edad, si cuidaste o no tu cuerpo, tu alimentación o ejercicio, si pusiste prioridades a proyectos o viajes. Pero, lo que no sabes, es que el universo tiene un plan para ti.
El aprendizaje que me queda de esta experiencia es que debemos vivir y disfrutar cada etapa. Ser conscientes a dónde vas a buscar ese sueño, porque ahí depositarán no sólo tu dinero, también tus esperanzas. Los tratamientos son costosos, pero cuando tienes esa meta tan clara, los recursos llegan de una u otra manera.
Mi día a día es caótico, 2 pequeñas que son nuestra adoración, pero también me vuelven un poco loca. Todo esto es más fácil de llevar gracias a mi mamá, que nos acompaña medio día. Vivimos y disfrutamos un día a la vez.
Tenía claro que mi plan sería convertirme en mamá de tiempo completo cuando nacieran mis hijas, pero nunca imaginé lo cansado que sería. Hoy, que estamos a la espera de nuestro tercer hijo (ya podrán imaginarse la felicidad de mi marido), vivimos y disfrutamos un día a la vez, y ahora, nos toca compartir esta experiencia de vida.
La experiencia de “Ana” nos deja muchos aprendizajes. Para mí, es motivar a todas aquellas mujeres que realmente desean ser madres. ¡No se rindan! Busquen con especialistas y si es para ustedes, esa ilusión se hará realidad, y muy pronto tendrán a sus pequeños en brazos.
¡Nos leemos en la siguiente entrada! ¡Un gran abrazo!
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